Ruperta se hizo muy famosa el año pasado. La elefanta de un zoológico de Caracas llegó a ser tristemente popular por unas fotos que circularon en redes sociales en las que se veía su penosa condición: estaba extremadamente delgada y, según reportaba la prensa venezolana, era por culpa de la crisis de escasez y desabastecimiento de alimentos que azota a Venezuela desde 2014.
El martes, Ruperta murió, “por causas naturales”, según sus cuidadores. Tenía 43 años. Pero versiones de prensa insistieron en que la elefanta no estaba consumiendo los 170 kilogramos de legumbres y pasto que necesitaba. El Instituto Nacional de Parques (Inparques) informó que “la elefanta recibió la atención y cuidado permanente por parte de funcionarios a cargo”.
Desde el año pasado, varios zoológicos de Venezuela pasan trabajos para alimentar a los animales. En el zoológico de Zulia, según las fotos reveladas, el hambre es evidente: leones y pumas lucen en los huesos.
Un artículo publicado en el diario El Comercio de Perú informaba que un tapir estaba mutilado en su jaula (se robaron su carne) y que el león, el tigre, el puma y el otorongo, además de una pareja de cóndores andinos, comían sólo una vez por semana.
Es la peor crisis del Parque Zoológico Metropolitano del Zulia, con 45 años de existencia, por “la falta de presupuesto y la escasez de alimentos”. Los pumas presentaban el año pasado el cuadro más grave. Unas fotos de estos animales difundidas por la revista Panoramacausaron alarma: “Estaban confinados como mascotas y llegaron desnutridos, se recuperaron, pero con esta crisis retrocedieron. Pareciera que se hubieran encogido”, explicaban los funcionarios.
La administración del zoológico reconoció la situación y la atribuyó a “la falta de presupuesto, la inflación y la escasez de alimentos”.
Para el doctor Carlos Silva, veterinario del zoo desde hace 13 años, consultado por el diario El País, los zoológicos venezolanos atraviesan una “época negra” y “lo visto en el Zulia sólo se puede comprender en países con conflictos bélicos”.
“Todo por causa del tema político, del que los animales no saben nada”, ha reflexionado. No es el único refugio de animales en problemas. El zoológico Khan Younis ha sido una más de las víctimas de la guerra en la Franja de Gaza. En él, docenas de animales han muerto durante los combates de los últimos años. Sus cuidadores reportaron en 2016 que al tigre le colgaba la piel porque no comía lo suficiente. “No hay dinero para darles la dieta que necesitan”, decía el administrador del lugar.
Su dueño, Mohammed Owaida, señalaba que la guerra era la culpable de las muertes, ya que aseguraba que los trabajadores del lugar han intentado desesperadamente mantener vivos a los animales, pero señala que ha sido imposible, debido a que no hay alimento para todos.
Fuente: https://www.elespectador.com