Los gatos son mascotas muy dulces que aportan a nuestro hogar compañía sin tener que dedicar excesivo tiempo y esfuerzo. Es uno de los mejores animales de compañía y sin duda, ¡de los más queridos!
Hasta que no tienes en tu hogar un gato no descubres momentos únicos que te dan, propios de su naturaleza felina. Entre los sofás hechos trizas descubrirás un animal muy sorprendente que te va a ofrecer situaciones realmente divertidas y curiosas. En este artículo vamos a fijarnos en cosas que debes saber de los gatos si aún no tienes uno.
1. Son muy dormilones
¡Un gato puede llegar a dormir hasta 18 horas diarias! Se trata de animales a los que les encanta enroscarse en cualquier lugar cómodo para reposar. Eso sí, no pienses que vas a aburrirte, las posiciones que adoptan son realmente curiosas.
2. Son más presumidos que tú
Los gatos se limpian constantemente, les encanta ver que su pelo está bonito y peinado como merecen. Pueden llegar a dedicar hasta 4 horas diarias a su limpieza corporal. Eso sí, deberás tener cuidado con las temidas bolas de pelo.
3. Te lamen
Te has preguntado alguna vez ¿Por qué lamen los gatos? Si un gato te lame no significa que esté tratando de acicalarte a ti también, demuestra que te quiere.
4. Adoran sus peluches
No te pongas celoso, pero lo cierto es que un peluche puede hacer muy feliz a un gato, convirtiéndose hasta en su mejor amigo. Será que se vuelven calentitos después de abrazarles o que pasan muchas horas con ellos. Sea como sea, lo cierto es que los gatos quieren mucho a sus juguetes.
5. Son muy cariñosos
Si alguien te dice que los gatos no son afectuosos, miente. Sin duda los gatos, aunque más independientes, son animales muy sociales que disfrutarán moviendo la cola delante de tus narices. Les encanta observarte, rozarte e incluso dejar que los mimes durante horas.
6. Tu gato decide cuando dejas de darle mimos
Los gatos tienen mucha personalidad. Si se cansan de ti, te lo harán saber. No te asustes si recibes un mordisco durante una bonita y armoniosa sesión de caricias, simplemente se ha cansado de ti… por ahora.
7. Les encanta hablar
Aunque cueste diferenciarlos al principio los gatos pueden pronunciar hasta 100 sonidos distintos. Su capacidad sonora es 10 veces superior a la de los perros.
8. No tienen mal despertar
A diferencia de las personas, tu gato no se despertará de mal humor, todo lo contrario: les encanta despertarte y darte las buenas noches esperando recibir alguna caricia a cambio. ¡Son muy dulces!
9. Pueden ser algo.. persistentes
Los gatos son dueños y amos de tu vida. Harán lo que quieran. Si decides no abrir la puerta por las mañanas para dejarle entrar puede pasarse un buen rato maullando, mejor hazles caso.
10. Dejan de ser tan independientes
Cuando un gato se acostumbra a ti, no puede estar sin ti. Lo cierto es que poco a poco observarás reacciones mucho más atentas a ti, a tu comportamiento y hábitos. Quizás no te seguirá por toda la casa pero maullaran para saludarte y acudirán donde te encuentres.
11. Desaparecen entre los armarios
Oscuro, ropa mullida, calor… Los ingredientes necesarios para crear un ambiente de lo más propicio para echar una cabezadita. Los gatos adoran los armarios, si te dejas uno abierto revísalo antes de volver a cerrarlo.
12. Saben cuándo racionar la comida
Los gatos saben racionar bien el pienso que les ponemos. Un bol lleno de pienso les puede durar días. Su única debilidad serán las latas de comida húmeda. En este caso no se resistirán y se las comerán de una sentada.
13. Realmente graciosos
Las expresiones de un gato no tienen desperdicio alguno, son muy divertidos y podremos disfrutar de muchas escenas desternillantes en el día a día.
14. El gato negro da buena suerte
Aunque está muy extendida la idea de que los gatos negros dan mala suerte, en Reino Unido y Asia creen todo lo contrario, estos gatos son muy reconocidos y para ellos son símbolo de buena suerte.
15. Tener un gato te alarga la vida
Efectivamente, entre los beneficios de tener un gato destacamos que producen relajación y son grandes pilares para luchar contra el estrés.
La paz que transmiten cuando duermen, el ronroneo que producen cuando les acariciamos o su suave tacto, propician a una vida más tranquila y serena, lo que repercute en una mayor longevidad.